martes, 17 de octubre de 2017

DECIR ADIOS.

 
 

CUANDO ALGO SE TERMINA.

 

CUANDO ALGO SE ACABA PARECE QUE SE CIERRAN TODAS LAS PUERTAS, NO SOLO LA QUE ACABA DE CERRARSE, SINO TAMBIÉN EL RESTO QUE NI SIQUIERA VEMOS ENTONCES.

 
Terminar algo es inherente al momento en el que empieza porque todo, y la propia vida es el mejor ejemplo, lleva implícito su final en el comienzo.

 
Cuando acabamos algo, cuando pasamos página, cuando cerramos un capitulo, cuando decimos adiós definitivamente, nos puede llevar a la más absoluta desesperanza, sobre todo si no lo esperamos. Nos parece imposible, nos preguntamos por qué, recordamos lo bueno y evitamos lo desagradable. Lo magnificamos, nos hacemos víctimas de golpe y ponemos sobre nuestros ojos una venda opaca a través de la cual no vemos nada. 

 

CERRAR UNA PUERTA PUEDE SIGNIFICAR QUEDAR AL OTRO LADO. Un lado diferente con multitud de posibilidades, un límite sin fronteras en el que nos esperan nuevos comienzos con diferentes finales. Porque lo que es seguro es que todo termina y esto no es un mensaje derrotista solamente coherente con el devenir de la propia vida.

 
Algo que cuando empezamos sea lo que sea, siempre hemos de tener en cuenta y prepararnos para afrontar ese final que ocurrirá en algún momento.

 

Si pudiésemos ver que todo final es un nuevo principio saldríamos mejor parados de nuestros dramas. Es la esencia de la vida que no se detiene ante nada, principio y final se confunden en la sucesión de experiencias que un ser humano vive, siempre que acaba algo lo siguiente es el principio también de algo.

 

Hay que darse tiempo. ¿Cuánto? La cantidad la marcará la calidad de nuestra forma de esperar. Del sosiego y la conexión que tengamos con nosotros mismos, de la capacidad de soñar con lo que deseamos, de la sensibilidad para percibir más allá de lo que vemos.

 

Si estás en un momento de espera, gózalo. Es un tiempo para estar contigo, para hablarte con cariño, para mimarte desde dentro. A veces, cuando llega alguien, nuestra vida cambia tanto que dejamos de dialogar con nosotros para convertir en único interlocutor a la otra persona.

 

Cuando termina su paso por nuestra vida nos quedamos tremendamente solos. Por eso, por no habernos dado cabida en este diálogo que en muchas ocasiones se convierte en un monólogo sostenido por nuestro silencio.

 

SEGUIR NO ES COMPLICADO, SOLO REQUIERE “LA FIRME VOLUNTAD DE SEGUIR” Y LUEGO……. ESCÚCHATE. QUIÉRETE. ABRÁZATE FUERTE. SERÉNATE. Y A CONTINUACIÓN ……………….. VUELVE A ABRIR LA PUERTA.

 

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