LOS MANGOS
El autentico remedio milagroso para dormir es el mango. Cuando lo tomas antes de acostarte sus sustancias fitoquímicas y sus aminoácidos -como la glicina, la glutamina y la cisteína-, combinados con fructosa y glucosa, llegan hasta el cerebro y restauran rápidamente los neurotransmisores agotados. Este proceso ayuda a los insomnes a descansar de verdad durante toda la noche.
Los mangos son también beneficiosos para muchos otros aspectos relacionados con la salud. Son muy buenos para aliviar el estrés y protegerse de los virus y son ricos en beta-caroteno, que refuerza y favorece la piel, ayudan incluso a prevenir el cáncer de piel. Son también una herramienta muy potente para combatir la hipoglucemia, la prediabetes y la diabetes tipo 2.
Su magnesio esencial de gran biodisponibilidad unido a sus ácidos fenólicos, calma el sistema nervioso central y ayuda con ello a evitar ictus, convulsiones y ataques cardiacos. La pulpa calma el estómago y el revestimiento intestinal, y alivia el estreñimiento. Por último es un alimento excelente para cuando hacemos ejercicio porque aporta a los músculos trazas de sodio, la tan necesaria glucosa y magnesio, lo que se traduce en unas sesiones deportivas más largas, mas duras y con menos sensación de malestar al finalizar.
TRASTORNOS
Si tienes alguno de los siguientes síntomas, prueba a incluir mangos en tu vida. Dificultades para dormir, cambios de ánimo, ronquidos, fatiga, aletargamiento, hipotiroidismo, hipertiroidismo, visión borrosa, fatiga muscular, dolor muscular, calambres musculares, ansiedad, trastornos cognitivos, dificultad para pensar con claridad, perdida de memoria, melancolía, languidez, presión abdominal, proliferación excesiva de cándida, parásitos de Beli, espasmos de colón, confusión niveles elevados de colesterol, hipertensión arterial.
APOYO EMOCIONAL
Los mangos nos cambian la vida en lo que se refiere a la salud emocional. No solo nos levantan el ánimo sino que pueden aliviar la depresión y el trastorno afectivo estacional. Son excepcionalmente curativos para todo aquel que se sienta abandonado, repudiado, rechazado, olvidado, desconectado, solo, herido o desengañado. Los mangos poseen el poder de la manifestación. Cuando los tomamos nos reorientan, cambian la dirección que llevamos y nos abren a más oportunidades de experimentar alegría lo que, en último termino, nos ayuda a conectarnos con nuestro destino.
LECCIÓN ESPIRITUAL
Los mangos manejan el calor como ninguna otra fruta, incluso cuando el Sol cae a plomo sobre ellos con temperaturas extremas, saben como protegerse. Cuando los incorporamos a nuestra vida, interiorizamos su frescor interno. Nos enseñan que se pueden manejar las situaciones extremas sin quemarse por dentro. Con ellos aprendemos a mantenernos tranquilos y compuestos cuando estamos sometidos a un enorme estrés, a no calentarnos y enfadarnos cuando las cosas están calientes. La próxima vez que tengas que enfrontar una situación intensa, tómate un mango o añade mango congelado a un batido. Al introducirlo en tu cuerpo, recuerda que está herramienta tan poderosa te ayudará a afrontar las circunstancias difíciles como nunca antes lo habías hecho.
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Tras el prolongado verano, sera mejor acondicionar el cuerpo, dejar que el organismo realice una suave transición y prepararse de la forma más conveniente para el invierno.
Y es que el otoño, como la primavera, constituye un periodo de mudanza, una estación que cobra aún mayor importancia en la medida en que debe proporcionar al organísmo todas las fuerzas necesarias para afrontar el frío, la falta de luz y la fatiga que caracterizan a la época invernal. Según la medicina tradicional china, pasamos de la estación del Yin a la del Yang, y para el ayurveda, de la estación del pitta a la del vata.
Este cambio debe realizarse lenta y cuidadosamente para no fatigar los riñones ni el hígado, a fin de que no sufran un impacto excesivo al pasar de las ligeras ensaladas y bebidas frías a las contundentes sopas y los abundantes platos calientes. Hay que tomar comidas sanas y depurativas, pero tampoco demasiado ligeras. Sera bueno aprovechar al máximo las frutas y verduras del final del verano, y abrir poco a poco la puerta a los platos de más entidad, a base de calabazas, manzanas o setas.
En otoño conviene reflexionar sobre qué es aquello de lo que deberíamos o nos apetecería prescindir, y eso concierne tanto a los alimentos como a las situaciones tóxicas que contaminan nuestra vida. Ahora es tiempo de volver a practicar yoga o deporte, si lo habiamos dejado, o de encontrar el espacio para respirar y reflexionar sobre una misma, porque el otoño es verdaderamente un tiempo de reflexión, el momento de recomenzar de cero.
LAS BEBIDAS DEPURATIVAS DE LA MAÑANA
Aliado número 1: el limón
Para una persona.
1 limón pequeño. Unos 350 Ml de agua caliente (no hirviendo)
Especias: Un pellizco de cayena molida. Un pellizco de jengibre. Un pellizco de canela en plvo. Un pellizco de curcuma en polvo.
Opcional, para endulzar al gusto
1 pellizco de estevia o una cucharadita de miel.
Preparación:
Introducir en un vaso las especies y el endulzante elegido. Exprimir el limón, agregar el zumo al vaso y luego echar el agua caliente. Mezclar.
El limón
Un limón constituye la mejor manera de comenzar el día. Ayuda a depurar los riñones y constribuye al equilibrio ácido-básico del cuerpo. Rico en vitamina C y potasio, refuerza el sistema inmunitario y es aademás un diurético natural que facilita la eliminación de toxinas. Asimismo, favorece la buena digestión y la hidratación del cuerpo, más aún cuando se combina con agua caliente.
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LOS 30 TESOROS DE LA MESA OTOÑAL
Aunque las estaciones a veces nos sorprender, cuando llega el otoño y los días se vuelven frescos y húmedos, el organismo pide alimentos más cálidos y energéticos que le asistan en la transición hacía el invierno, ayudándole a adaptarse de forma natural al cambio de clima.
Es un buen momento para preparar el cuerpo para la actividad y el ritmo invernal: el descanso estival da paso de nuevo a la rutina, al trabajo, a la escuela y al estrés que generan las responsabilidades y el declive de la luz.
Con el descenso de las temperaturas vuelven los catarros y la gripe. Los alimentos que se consumen son vitales para proporcionar calor interno, buenas defensas y energía lenta y duradera que permitan encarar con fuerza los cambios y las nuevas tareas.
También es una buena época para depurar el organismo, pues se trata de una estación de transición, como la primavera. Una dieta depurativa proporciona energía y fortalece las defensas ayudando a eliminar los excesos acumulados durante el verano, pero conviene seguirla solo brevemente al inicio de la estación.
LOS 30 TESOROS DE LA MESA OTOÑAL
Los alimentos de temporada no solo son más sabrosos sino también más ricos en vitaminas y minerales. Además, ante la inminencia del frío las necesidades energéticas aumentan. Por eso conviene, tras la depuración de los primeros días, seguir una dieta equilibrada rica en hidratos de carbono complejos y grasas que proporcionen protección y calorías.
Para prepararse ante las enfermedades invernales los antioxidantes, las vitaminas y los minerales resultan imprescindibles. Las fuentes estivales de estos nutrientes se van agotando, pero muchos alimentos otoñales son verdaderos tesoros en este aspecto. Predominan en ellos los colores rojos, granates y marrones. Son alimentos reconstituyentes ricos en hidratos de carbono complejos, proteínas y grasas saludables, con antioxidantes y minerales que ayudan a activar las defensas.
Estos son los que trae el otoño:
1. Calabaza. Su color naranja revela su riqueza en betacaroteno. Digestiva y ligera, se puede comer cruda si es tierna y resulta deliciosa salteada, guisada, asada al horno y en cremas. Por su dulzor da excelentes resultados en tartas y budines.
2. Castaña. Su composición se asemeja más a un cereal que a un fruto seco, pues es rica en hidratos de carbono y fibra, pero baja en grasas. Aporta buenas dosis de varios minerales y sobre todo vitaminas del grupo B, C y E. Las castañas sirven tanto de postre como de guarnición de guisos de carne, y se pueden asar, hervir o cocer al vapor.
3. Uva. Es muy depurativa, energética y antioxidante, sobre todo por sus taninos. Está deliciosa con queso, en tartas y como guarnición de salsas.
4. Setas. Conviene consumirlas bien frescas pues con los días se digieren peor. Pueden saltarse o asarse a la parrilla y constituyen un delicado y sabroso acompañamiento en muchas recetas. Tienen remineralizantes en general.
5. Boniato. Otro alimento naranja muy rico en betacaroteno, con más vitaminas que la mayoría de tubérculos. Puede freírse a rodajas, asarse al carbón o al horno, guisarse o utilizarse en forma de puré y en tartas dulces. Las variedades blancas son menos dulces.
6. Coles. Aportan minerales, ácido fólico y otras vitaminas del grupo B. También buenas dosis de fibra. Favorecen la respuesta inmune y protegen de las enfermedades. Resultan excelentes crudas, fermentadas, guisadas y en sopa, salteados y rellenos.
7. Granada. Es muy rica en antioxidantes. Fortalece las defensas y depura. Está exquisita fresca, aunque también mezclada con yogur, kéfir, miel o algún licor dulce. Puede añadirse a ensaladas y es ideal para elaborar salsas de platos picantes.
8. Caqui. Es una fruta muy astringente debido a sus taninos. Resulta delicioso fresco, bien maduro, aunque también se usa en confituras y helados.
9. Bayas. Estimulan la circulación y combaten las varices. Algunas, como el arándano, son especialmente útiles para sanar la cistitis. Son delicados y se emplean en crudo, ligeramente endulzados y mezclados con yogur, cocidos en mermeladas y compotas o ligeramente gratinados, con una salsa de vainilla. Se usan como salsa para platos de sabor fuerte y graso y dan color y sabor a las ensaladas.
10. Uvas.
11. Peras
12. Manzanas
13. Bayas
14. Castañas
15. Avellanas
16. Puerros
17. Apio
18. Achicoria
19. Granada
20. Calabaza
21. Berros
22. Membrillos
23. Higos
24. Caquis
25. Setas
26. Cítricos
27. Patatas
28. Nabos
29. Boniatos
30. Coles……
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LIMPIEZA DE PRIMAVERA
Elegir los alimentos de temporada que ayudan al hígado a cumplir su función.
Alcachofa: la alcachofa aumenta la producción de bilis, lo que ayuda eliminar toxinas dañinas para el hígado. También promueve el crecimiento de tejido nuevo sano y el buen funcionamiento del órgano depurador. La cinarina y la silimarina que se encuentran en las alcachofas son las principales sustancias responsables de sus beneficios.
El contenido nutricional de esta hortaliza es sobresaliente. Una alcachofa mediana de unos 130 g. satisface nada menos que el 22% de las necesidades diarias de ácido fólico, el 19% de las de magnesio y el 11% de la vitamina B6. Además aporta 4 g. de proteínas (más que la mayoría de las hortalizas) y 7 g, de fibra, sobre todo inulina, especialmente beneficiosa para la microbiota intestinal.
Espárragos contra la oxidación
Los espárragos son diuréticos y depurativos por su contenido en potasio y en ácido asparagínico, que estimula la función renal. Son ricos en ácido fólico (100 g. aportan el 40% de las necesidades diarias), betacaroteno, vitamina B1, B2, B6 y E. Este poder nutritivo se acompaña de pocas calorías: 12 por cada 100 g.
Los espárragos contienen además flavonoides antioxidantes y antioxidantes y antiinflamatorios como la quercetina, la isorhamnetina y el camferol. El mes de abril es el mejor para comprar espárragos blancos frescos. El resto del año se hallan en conserva.
Chufas para digerir grasas.
La chufa contiene ácido fosfatídico, que ayuda al hígado a cumplir con su función en el metabolismo de las grasas. La chufa posee además enzimas digestivas, fibra prebiotica y minerales como el potasio, fósforo, magnesio, calcio y zinc.
Otras formas de consumir la chufa, además de la horchata, son la harina, con la que se pueden preparar panes, unos crujientes snacks de chufas tostadas o el aceite de chufa, que es rico en ácido oleico saludable, como el aceite de oliva.
La rúcula
La rúcula, al ser una hoja verde aporta clorofila, que nutre tu corazón, tu sangre y tu mente. Además contiene fibra, vitamina C, provitamina A, ácido fólico y minerales como el magnesio, potasio y hierro. Esto la hace beneficiosa para la vista y la presión sanguínea, además de darle propiedades anticancerigenas.
Ideas para consumir rúcula.
En ensaladas: Combinada con raíces, hortalizas, semillas, germinados, algunas frutas como la manzana, higo, pera o fresa. En salsas: La puedes triturar con algún fruto seco u otros vegetales, usándola como base para condimentar. Por ejemplo, sustituyendo con ella la albahaca en la receta del pesto. En zumos y batidos: úsala en pocas dosis,según el amargor, en tus zumos cold-press para extraer la clorofila y combinala, por ejemplo, con manzana, o bien tritúrala como la espinaca en tus batidos verdes.
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CRISIS DEPURATIVA
La enfermedad no es otra cosa que un esfuerzo del organismo por evacuar el exceso de sustancias tóxicas. Siendo de vital importancia la limpieza de los fluidos internos, el organismo apunta toda su energía (energía vital) hacia dicho objetivo.
Un cuerpo sano pone en marcha gran
cantidad de mecanismos depurativos cuando cualquier cuerpo extraño p
perjudicial logra introducirse en los tejidos internos: vómitos, estornudos,
tos, diarreas, inflamaciones, etc. Pero la purificación interna es tan
compleja, que su tarea debe distribuirse en varios órganos con funciones
especializadas y complementarias: los famosos emuntorios.
DIGERIR BIEN
Sin gases ni pesadez. Si después de comer te notas hinchada o con molestias abdominales, pon atención en lo que comes y....¡Cómo lo comes!
Las digestiones lentas están detrás de un gran número de consultas médicas. Las mayoría de las veces se trata de un sintoma, y no de una enfermedad. Ocurre que los alimentos se quedan retenidos en el sistema digestivo, lo que provoca incomodidad, hinchazón abdominal, gases, aumento del perímetro de la barriga, eructos, regurgitaciones.... Esto sucede entre media hora y dos horas después de haber comido.
En la parte media. En general, las indigestiones de este tipo suelen tener lugar más allá del estómago pero antes de la parte final del sistema digestivo. Intervienen en ellas sobre todo el hígado o la bilis, el páncreas y los jugos intestinales. La bilis, de la cual podemos segregar hasta dos litros al día, debe secretarse al intestino delgado. Tener un problema biliar no significa necesariamente padecer del hígado.
Ayudas. Un primer paso para mejorar las digestiones es seguir los siguientes consejos dietéticos.
LO QUE PUEDES HACER.
Come despacio y cena pronto. Son dos recomendaciones importantes. Masticar bien los alimentos es el primer paso de la digestión, y después de la cena, es primordial dejar pasar un buen rato antes de irse a dormir para no hacer la"ingestión" en la cama.
Ensaliva los alimentos. La saliva es el primer jugo digestivo imprescindible para una digestión correcta: desdobla las cadenas más largas de hidratos de carbono en unidades más simples, como glucosa o sacarosa.
Evitar el malhumor en la mesa. La tensión altera los jugos gástricos y empeora la digestión. ¡Calma!
Observa tus reacciones. ¿Qué alimentos suelen causarte digestiones pasadas? A menudo son los ricos en grasas o proteínas, pero en algunas personas también las legumbres, la lechuga, los cítricos y otros alimentos.
Restringe ciertos alimentos. Evita la pastelería en general, sobre todo la industrial y los chocolates. También el café, las conservas y los fritos rebozados. Las personas que consumen proteína animal o alcohol deberían reducir las cantidades.
Rehuye los conservantes. El consumo de alimentos preparados o de larga conservación hace que nos alimentemos también de sus conservantes. Lo mejor es evitarlos: resultan antibióticos y nos alteran la flora.
Consume crudos. Con su piel o su cáscara, si es posible. Los alimentos crudos conservan para de la microflora que pueden ayudarte a repoblar el intestino.
Recupera tu flora. Los microbios intestinales llevan a cabo alrededor del 70% de la digestión de los alimentos, por lo que tenerlos en número y calidad adecuados es básico. Una vez al mes es recomendable suplementarse con probióticos (lactobacilos, bifidobacterias, saccharomyces...) Ayudará en esa parte de la digestión que no depende tanto de nosotros como de nuestros inquilinos.
Dr. Josep Lluis Berdonces.
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LOS AGUACATES
Los aguacates son la fruta madre, la base de la despensa,
el alma de todos los demás alimentos. Aunque la piel de la mayoría no es
comestible, esta repleta de cientos de sustancias fitoquímicas, muchas de las cuales se
impregnan en la pulpa del aguacate durante su crecimiento. Algunas de estas
sustancias fitoquímicas son isotiocianatos; le dan el color amarillo verdoso a
la pulpa y ayudan a restaurar el revestimiento estomacal e intestinal.
Cuando sufres cualquier tipo de trastorno digestivo, los
aguacates acuden al rescata. Son fáciles de digerir y su pulpa cremosa es el
calmante supremo del tracto gastrointestinal
para las personas con intolerancias alimentarias, enfermedad de Crohn, colitis
o síndrome del intestino irritable.
Poseen componentes antiinflamatorios con propiedades
parecidas a las de la aspirina pero que no licuan la sangre, de esta forma
reducen el estrechamiento y la distensión del tracto digestivo. Poseen también
propiedades reductoras de pólipos y te ayudan a prevenir o eliminar estas
pequeñas protuberancias del revestimiento intestinal.
Son además maravillosos para el cerebro. Al ser una
fuente saludable de ácidos grasos omega-6 ayuda a restaurar el sistema nervioso
central y alivian el alzheimer y la demencia senil. Su consumo produce también
un efecto antienvejecimiento en la piel, reduce la sequedad, le aporta un
lastre saludable y contribuye a la desaparición de las ojeras. Contienen además
unos agentes antirradiación que son fitoestrógenos, es decir, que pueden
detener los cánceres del aparato reproductor y de colón relacionados con los estrógenos.
Trastornos
Si sufres cualquier de estos trastornos prueba a incluir
los aguacates en tu vida.
Enfermedades cardíacas, infertilidad, enfermedades
renales, ictus, epilepsia, cáncer cerebral, endometriosis, fibromialgia,
ansiedad, trastorno de déficit de atención (TDAH), autismo, depresión, herpes
zóster. Trastornos del sueño, pólipos, infecciones del tracto urinario,
insomnio, hemorroides, cáncer de ovarios, cáncer de útero, cáncer de colon, síndrome
de taquicardia, ortostática postular, esclerodermia, liquen escleroso, vómitos
producidos por la radiación, vértigos.
Síntomas
Si tienes algunos de los siguientes síntomas, prueba a
incluir los aguacates en tu vida.
Perdida de memoria, síntomas de la menopausia, dolor de
cabeza, proliferación excesiva de cándida, calambres musculares, dolor
muscular, ataques de pánico, ansiedad, dolor de espalda, mareos, problemas de
equilibrio, hormigueo y entumecimiento de las extremidades, gases, hinchazón,
erupciones, calambres abdominales, síntomas del síndrome premenstrual, gastroparesia,
fatiga, alergias alimentarias, neuralgia del trigémino, miodesopsias (“moscas”
volantes en los ojos), debilidad.
Apoyo emocional
Los aguacates nos ayudan a encontrar el camino de vuelta a
nosotros mismos. Cuando necesitamos fuerza emocional y conexión con lo que
realmente somos, cuando tenemos que curar un corazón roto, los aguacates nos
fortalecen y nos permiten convertirnos en el eslabón fuerte de la cadena de la
interacción humano.
Cuando tratamos con personas necesitadas, agresivas o
destructivas –los eslabones más débiles de la cadena-, los aguacates nos ayudan
a trasmitirles nuestra preocupación y nuestra entereza y nos permiten sostener
la integridad de nuestras conexiones y enseñar a otras personas a sobrevivir a
las pruebas que nos pone la vida.
Los aguacates son también una herramienta esencial para
afrontar la culpabilidad. Si necesitas modificar y redirigir unos sentimientos
de vergüenza y de arrepentimiento, los aguacates serán tus aliados, te
alimentarán con el amor de una madre y te ayudará, a extraer las emociones
dolorosas del corazón y del alma.
Lección espiritual
Los aguacates son lo más nutritivo que hay. Como ya dije
anteriormente, son la fruta madre. ¿Y por qué? Pues porque son el alimento más
parecido que existe a la leche materna. Esto significa que además de todos los
aspectos en los que ayudan a nuestro cuerpo, también nos llenan espiritualmente
con un amor nutricio y maternal.
Cuando necesitamos ofrecer nuestra atención a otras
personas –por ejemplo, cuando necesitamos ayudar a un amigo o a un ser querido que
está pasando momentos difíciles-, tomar aguacates nos ayudan a transmitir esta
energía maternal.
Cuando somos nosotros los que necesitamos amor, ya sea para mantenernos en marcha mientras atendemos a los que nos rodean o por los altibajos que se producen en nuestra propia vida, el aguacate es el alimento reconfortante supremo. Pon aguacates en tu vida porque son los maestros del amor incondicional, tanto hacia ti mismo como hacía los demás, y observa cómo crece y florece tu capacidad de compasión.
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ALIMENTO PARA TU PIEL
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Claves para estimular el nervio vago
Otras formas de estimular el nervio vago
- Vitamina
A.
- Vitamina
B1.
- Vitamina
C.
- Vitamina
D.
Vitamina
B1
Vitamina
C
Vitamina
D
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La fiebre es uno de los procesos de curación más poderosos de cuantos la Naturaleza ha dotado al cuerpo humano. Numerosos investigadores y médicos han llamado la atención sobre el carácter benéfico de la fiebre como favorecedora de los procesos de eliminación que permiten reducir de forma rápida la excesiva tasa de toxemia ( intoxicación ) en el organismo producida, fundamentalmente, por la alimentación degenerada, antinatural, industrializada, refinada, que realizamos.
He aquí estas citas del Dr. André Passebecq, célebre higienista francés: “…No hay más favorable para el enfermo que una fiebre alta. Cuánto más intensa es la fiebre, más rápido el restablecimiento… La fiebre puede ser motivo de incomodidad, pero gracias a ella, las toxinas son eliminadas con más rapidez
… La temperatura se mantendrá elevada mientras las toxinas no sean, en gran parte, eliminadas … Cuando surgen el delirio y las convulsiones, éstos persisten en tanto que subsistan las causas que los originan y suprimirlos con fármacos puede ser peligroso. La causa que los ocasiona puede matar, pero no ellos mismos. Desaparecen de forma natural con la causa que los originó…”. Aquí se hace notar el concepto higienista de ” enfermedad “: ésta es una forma que tiene el cuerpo de depurar la toxemia interna producida por nuestros hábitos antinaturales ( nutrición, aditivos químicos, radiación, … ) que son la verdadera causa del enfermar humano, aunque sigamos convencidos de que está en el exterior ( microbios, casualidad, …), pues ello es lo que nos ” conviene ” ( preferimos seguir ” pecando ” y culpar a ” algo ” externo a nosotros ).
El profesor A. Lwoff, premio Nóbel de medicina demostró que la mayor parte de los virus, en particular los de la gripe y la poliomielitis, son incapaces de desarrollarse cuando la temperatura alcanza los 39ºC. Es decir, todos los microbios se mantienen en un equilibrio con nuestro cuerpo, dentro de él (nosotros tenemos cantidades inmensas de gérmenes en el interior y sobre la piel y mucosas ). Si se produce la verdadera causa del enfermar ( aumento excesivo de toxinas provenientes de la alimentación degenerada, desnaturalizada, de la mala combinación de los alimentos que da lugar a fermentaciones y putrefacciones que envenenan el organismo, de los aditivos químicos, pesticidas, herbicidas usados en la agricultura convencional, fármacos, metales tóxicos, etc.), ello supone una interferencia en los procesos metabólicos normales y se deriva en un buen ” caldo de cultivo ” donde pueden reproducirse, multiplicarse, los microbios de manera anormal.
Es por esta razón que vemos en las enfermedades multitud de gérmenes, pero ellos no son el origen de la enfermedad y, además, el cuerpo hace volver todo a la normalidad por medio de la fuerza curativa propia natural que posee si nosotros mismos lo aprobamos, lo deseamos así, por medio de la dieta depurativa, semiayunos, reposo, la fiebre misma como agente curativo natural de que dispone el organismo. La diarrea, la sudoración intensa, incluso un eczema que supura “agüilla” ó pus, también hay que verlos como medios de desintoxicación del cuerpo. Es muy interesante observar como el virus de la poliomielitis prolifera fácil, se multiplica a 35ºC. A los 40ºC ( fiebre ) son 250 veces menos numerosos.
Para muchos virus, las temperaturas críticas (que ya no pueden reproducirse más) son precisamente las que juzgamos anormales para nuestro organismo: entre 39 y 40ºC. Otra observación curiosa ha sido constatar como un lagarto infectado con una bacteria se provoca fiebre instintivamente, voluntariamente, trasladándose en su jaula hacia zonas con temperatura más elevada. En un aviso serio, el insigne Dr. Kirn recomienda ” no cortar la fiebre en caso de gripe, pues sería lamentable privarse del medio terapéutico simple que es la fiebre cuya eficacia está comprobada, teniendo en cuenta que no existe medicación específica eficaz contra la gripe, y que todas pueden acarrear complicaciones graves “.
El Dr. Larkin, investigador americano, ha estudiado la influencia de la hipertermia (fiebre) en la evolución del cáncer y ha demostrado el potencial destructor de la fiebre contra las células cancerosas y, como consecuencia, el papel ” curativo ” de la fiebre en el cáncer.
En algunos enfermos crónicos graves quizás sea conveniente parar una fiebre, así como en una anemia muy avanzada. Serían excepciones que, sin embargo, no se pueden afirmar rotundamente.
La fiebre va acompañada de uno o varios síntomas: pulso y respiración rápidos, piel seca, orina muy coloreada y poco abundante, dolor de cabeza, malestar general, …. Todos estos síntomas indican una acción del organismo que intenta eliminar un exceso de toxinas.
Una fiebre leve puede deberse a las toxinas acumuladas ( autointoxicación ) a causa de un régimen defectuoso o de la ingestión de productos tóxicos. Además, cuando la resistencia está débil a causa de la tensión nerviosa, la sobrealimentación o el déficit de minerales y vitaminas, ciertos microbios pueden encontrar el “terreno” conveniente para su proliferación.
El origen de las fiebres más graves está en la ” movilización general de las fuerzas naturales ” del cuerpo para combatir los gérmenes que lo han invadido y que en él se han fijado ( fiebre tifoidea, tifus, malaria, etc. ), no importando aquí que esa ” invasión ” sea el resultado de un virus procedente del exterior, opinión de la medicina alópata ( oficial ), o una mutación celular ( cambio del estado de las células ) debida a una alteración grave del medio interno, opinión de la medicina naturista.
El prestigioso médico, Dr. H. Kritzer afirma que ” la fiebre es un medio muy eficaz que utiliza la Naturaleza para liberar al organismo y a la corriente sanguínea de los venenos que en ellos se han acumulado. Es, pues, un proceso fisiológico natural de combustión ( metabolización y eliminación ) de los venenos retenidos en el organismo como consecuencia de una eliminación aún insuficiente por parte del cuerpo de dichos venenos.
El hecho de actuar desde fuera con fármacos, comida, … sobre esta tarea natural del cuerpo ( la fiebre ) es lo que contrarresta y a menudo detiene este proceso de limpieza justamente creado por la Naturaleza misma. ”
La fiebre va acompañada de fenómenos fisiológicos normales favorables como taquicardia (aumento de pulsaciones del corazón ), astenia ( el cuerpo “pide” reposo, cansancio ) para utilizar mejor la energía vital y ésta se utiliza y se dirige hacia la función de eliminar tóxicos, venenos. Es imprescindible respetar esta decisión del” instinto” del cuerpo; tomar un estimulante (ya sea natural, como el ginseng ) para poder seguir trabajando es un error.
¿Qué hacer ante una fiebre? No tener miedo en dejar la fiebre, pues no hay peligro, siempre que se observen las medidas de medicina higienista: ayuno o semiayuno, reposo, aire puro (buena ventilación), calor suficiente (no excesivo ). Ya que el organismo posee la facultad de autoprotección, autocuración y autorregeneración , las medidas no naturales que suprimen la fiebre ( fármacos, utilización del agua fría sin saber ) entorpecen o detienen la acción de la “inmunidad natural”.
El entorno y la ” actitud mental ” es importante. No es lo mismo para el enfermo hallarse en un entorno humano de calma, optimismo y serenidad que en otro de miedo y angustia. Sobre todo en el caso de los niños. La ansiedad de una madre ante un hijo con fiebre es capaz de influir negativamente en el curso de la enfermedad. Conviene que alrededor del enfermo exista un claro conocimiento del significado de las crisis febriles y el papel” benéfico” de la fiebre.
Es un error forzar al enfermo a comer con el pretexto de que” necesita fuerzas “. Lo que hace falta es ayunar hasta que la fiebre desaparezca, cosa que ocurre a los dos/tres días, rara vez más; como máximo se podrían dar zumos naturales diluidos, sobre todo cuando hay miedo al ayuno ó no hay suficiente confianza. Cuando se ayuna con miedo, generalmente surgen problemas debidos a la incomprensión y a la ansiedad. Algunos piensan que van a morir de inanición y se angustian, aunque la privación de alimentos sea pasajera.
Para el ayuno hay que contar con aire puro, agua pura ( sin cloro ), calma, relajación, optimismo. No se puede ayunar tomando medicamentos. Los niños aceptan bien el ayuno cuando tienen fiebre, e incluso rechazan por instinto los alimentos, salvo en algunos casos de bulimia ( gana insaciable de comer ) de la que son culpables exclusivamente los padres. Los zumos de fruta ácida no parecen indicados. Beber agua fiándose sólo de la sed.
La habitación del enfermo se debe mantener entre 20 y 24ºC máximo y con ventilación adecuada. El aire tendrá un grado de humedad suficiente para evitar la deshidratación: colocar recipientes con agua en la habitación ( encima de los radiadores si los hay ).
Puede ocurrir que exista una insuficiente evacuación del exceso de calor producido por la fiebre por estar con exceso de vestimenta. A los bebés se les vestirá con una simple camiseta de algodón y sólo una sábana de algodón y una ligera manta de lana ( no usar fibras artificiales ). Insistir en que toda vestimenta o manta suplementaria puede ocasionar una excesiva hipertermia (demasiada fiebre) con riesgo de convulsiones.
Respecto a éstas, incluso cuando se dan, el eminente médico, Dr. A. Passebecq, afirma rotundamente que no ofrecen el mínimo peligro, sino que son el síntoma de una reacción correcta elegida por el mismo organismo ante una situación de emergencia. Mantener los pies calientes (calcetines o bolsa de agua caliente). Los paños frescos en la frente evitan las pesadillas y favorecen el descanso. Mantener la piel limpia con una toalla mojada en agua fresca. La mejor forma y más rápida de acabar con la fiebre es hacer que deje de ser necesaria, dejar que lleve hasta el fin su trabajo de desintoxicación.
JUAN JOSÉ NÚÑEZ , MÉDICO E HIGIENISTA
Instrucciones
En general, la mayoría de los usos de aceite del árbol de té se consideran seguros y no tienen efectos secundarios graves.
LA
GLÁNDULA PINEAL
La
glándula pineal, es una pequeña protuberancia escondida en nuestro cerebro
encargada de segregar melatonina.
La
melatonina es segregada en estados de reposo ayudándonos entre otras cosas a
relajarnos y entrar en el estado de sueño, esta sustancia también es segregada
tras altos estados de estrés en periodos de tiempo breves, es decir, después de
un fuerte shock o una situación de alta tensión, la melatonina se encarga de
calmar y reducir ese estado de alerta.
La Luz
influye altamente en esta glándula, la luz solar es muy necesaria para el
correcto funcionamiento de esta pequeña glándula y es en su ausencia, por
ejemplo por la noche, cuando se encarga de entrar en funcionamiento y segregar
las sustancias necesarias para que entremos en estado de reposo.
Muchas
son las virtudes que se le suponen a esta glándula, las religiones y mitos
antiguos, le atribuían a ella la comunicación con los dioses, la representaban
con una piña y esa piña era el centro de sus representaciones icónicas.
Desde
Sumeria, pasando por Egipto, hasta las religiones orientales o incluso el
cristianismo, la “piña” inunda gran parte de la iconografía, representando la
llave de la comunicación directa con Dios, es por ello que siempre se la ha
conocido como el tercer ojo.
Este
diminuto órgano ha sido el protagonista de numerosos estudios, en los que se la
relaciona con la entrada en estados alterados de conciencia y salidas del
cuerpo. También ha sido relacionada con los viajes astrales, en donde el alma
del individuo sale de forma consciente del cuerpo, para experimentar todo tipo
de experiencias.
Se sabe
que en todos los periodos de sueño el alma abandona el cuerpo, para tener
experiencias en el plano astral, que son útiles en teoría, para el desarrollo
físico y espiritual, pero que al ser experimentadas de forma no consciente,
estos son tomados y asumidos como sueños, fruto de según algunos científicos,
del reordenamiento de ideas y conceptos en el cerebro durante la noche.
En lo
particular, pensar que los sueños son producto de alegorías cerebrales, es negar una evidencia mucho más lógica, y es la
constatación de que antes que cuerpos físicos, somos seres espirituales y es en
los periodos donde la maquina física descansa, cuando aprovechamos, salimos al
plano astral y organizamos nuestra existencia.
Se sabe
que con la edad esta glándula va perdiendo efectividad y se va calcificando,
aclarar que esta calcificación se inicia a los 7 años de edad y que no deja de
producirse hasta que fallecemos.
Existen
formas de minimizar esta calcificación y así estimular el funcionamiento de la
misma, esto no quiere decir que vayas a tener viajes astrales si o si, pero al
menos, te aseguraras periodos de
descanso más productivos y unos sueños más vividos y experimentales.
No es fácil
descalcificar la pineal, pero si puedes reducir esta calcificación.
Lo
primero que debes hacer es tomar hábitos saludables.
Comer de
forma correcta y sana.
Reducir
los estados de estrés.
Tomar
contacto con entornos naturales.
Tomar un mínimo
de luz solar diariamente.
Practicar
la meditación.
Reducir
el consumo de sustancias químicas como el flúor, azucares refinados y
edulcorantes artificiales.
Evitar
ondas electromagnéticas, sobre todo en nuestras zonas de descanso.
Como
habrás podido comprobar, si vives en una gran urbe, tu glándula pineal estará abocada
a la ceguera espiritual consciente. En los entornos urbanistas estamos rodeados
de ondas electromagnéticas perjudiciales.
El flúor
invade, no solo los productos dentales, si no que acapara las aguas, sea agua
corriente o embotellada (no todas, pero si la mayoría), los refrescos y la
mayor parte de los productos de primera necesidad. Es difícil escapar al flúor,
el mayor enemigo de la pineal, pero no es imposible.
Es
importante que no nos marquemos ninguna meta y permitamos que todo fluya de
forma natural, ya que como mínimo siguiendo estas pautas, empezaremos a soñar
de forma muy vivida y esos sueños serán una información crucial una vez que
logremos decodificar y entender su significado.
También
experimentaremos periodos en los que nuestros pensamientos se ordenaran mejor y
los conceptos serán asumidos con mayor rapidez, las ideas se aclararan y
notaremos un rendimiento mayor en nuestro cerebro.
Conoce tu
pineal e intenta experimentar y conocer tus límites, es una experiencia que
está al alcance de todos y con un mínimo de dedicación puedes empezar a tener
grandes avances.
Comienza
a cambiar tus hábitos y dedica tiempo a relajarte y meditar, para comenzar a utilizar
tu pineal de forma consciente.
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Desde tiempos inmemorables, antes de las glaciaciones, nuestros antepasados eran frugívoros por naturaleza: comían frutas, bayas y quizás hojas de plantas. En esto, casi todos los autores están de acuerdo. Con las glaciaciones se creyó, en un principio, que a nuestros antecesores no les quedaba más que dos opciones: o hacerse carnívoros o extinguirse de la faz del planeta. Se hicieron carnívoros y ello ha quedado marcado en el código genético tras las glaciaciones, y por ello se consideraba normal que los humanos de hoy día, herederos de ese mensaje genético, seamos carnívoros.
Es decir, que el período glaciar supuso una “adaptación” a comer carne y se llegó a la conclusión de que su consumo no tendría que influir negativamente en el cuerpo debido a esa “adaptación biológica”. Pero he aquí este otro descubrimiento: no todo el planeta estaba cubierto de hielo, pues si fuera así los animales herbívoros que cazaban nuestros antepasados no podrían existir ya que no dispondrían de su sustento nutricional: los vegetales del suelo. Por tanto, los hombres prehistóricos tuvieron que desplazarse durante la era fría a zonas sin hielo, los trópicos y el ecuador (se dice, con razón, que el ser humano es de clima tropical), y ahí siguieron comiendo vegetales crudos, aunque pudiera ser verdad que en estos parajes cazaran animales: se hicieron omnívoros (comedores de carne y vegetales) ya que el sustento vegetal pudiese resultar insuficiente incluso en estas latitudes tropicales.
Este período de tiempo fue clave y definitivo: nuestros progenitores se hicieron carnívoros, quedando ello marcado en los genes portadores de la información genética. Como al finalizar la era fría sobre la tierra los homínidos no volvieron a nutrirse como correspondía a lo que la Naturaleza le volvía a presentar sobre el suelo nuevamente fértil, los seres humanos de hoy día llevamos una mezcla de código genético sobre la manera de nutrirnos: una información alimenticia codificada de la era frugívoro-crudívora anterior al período glaciar y otra surgida a raíz de este período donde los humanos nos hemos decantado por “satisfacer” un mensaje genético (comer carne) que resulta ya caduco, innecesario y que sólo debiera permanecer latente en nuestros genes sin hacerse patente en la biología integral del ser humano, pero por el cual nos hemos decidido, estimulados por imperativos de una “cultura” decadente, educación nefasta, condicionamientos negativos, intereses financieros … lo que bien se ha dado en llamar la involución humana.
Está bien demostrado, incluso por la ciencia oficial, que nosotros no somos carnívoros por naturaleza desde el punto de vista anatómico, fisiológico y psicológico. Reflexionemos sobre las siguientes observaciones que demuestran que los órganos del cuerpo expresan el modo de nutrición de los animales:
- DIENTES: La dentadura del ser humano no es igual a la de los animales carnívoros ni herbívoros; por consiguiente, el ser humano no es un carnívoro ni herbívoro, pero si es cierto que nuestra dentadura es casi igual a la de los animales frugívoros. Somos frugívoros. Nuestra dentadura es casi uniforme; los dientes tienen casi la misma altura; únicamente los caninos sobresalen algo, pero muy poco; estos caninos tienen forma cónica truncada; los molares (muelas) tienen arrugas esmaltadas en su parte superior y, como la mandíbula inferior articula con movimiento lateral, su actividad puede compararse con la de un molino; es muy importante observar que ningún molar tiene “puntas” en su parte superior y que, por tanto, no sirven para la masticación de la carne. Los caninos del ser humano jamás alcanzan la altura de los caninos de los frugívoros y apenas pasan de los demás dientes, pero esto no es una diferencia esencial.
- Se ha querido pensar por solo la existencia de los caninos que el cuerpo del ser humano también está organizado para comer carne, pero esta deducción sólo sería válida en el caso de que los caninos del humano realizasen el mismo fin que cumplen en los carnívoros; en éstos no sirven para la masticación, sino para “hacer presa y sujetarla”, hacen la función de “garfios”, y son los dientes molares, situados detrás, los que sirven para desmenuzar la carne en estos animales carnívoros, pues están provistos de “puntas” que no tropiezan unas con otras, sino que pasan muy cerca entre ellas, de manera que separan las fibras de carne.. El movimiento lateral de la mandíbula inferior sólo serviría de estorbo (como un molino), y por eso no lo tienen los carnívoros; es decir, éstos no pueden realizar movimientos de trituración (así se sabe lo difícil que es a lo perros el desmenuzar los pedazos de pan, que se ven obligados a tragar, casi sin masticar). Los humanos no tenemos molares adecuados para despedazar carne. Nuestra dentadura no está diseñada para desgarrar y arrancar carne.
- APARATO DIGESTIVO: La proporción entre la longitud del canal intestinal y la longitud del cuerpo (medido éste entre boca y ano) es de 10/1 en los humanos, igual que ocurre entre los animales frugívoros. En los carnívoros es de 4/1 y en los herbívoros es de 24/1. Esto es importante para evitar la fácil putrefacción que tiene lugar en la carne a su paso por el canal intestinal. Al tener el intestino corto, los carnívoros la expulsan pronto. Nosotros, al tener el intestino más largo, estamos más expuestos a dichas putrefacciones que originan peligrosísimas toxinas para el cuerpo; pero, en cambio, tenemos mucho tiempo para asimilar los nutrientes de los vegetales.
Por esto es tan importante la buena masticación y ensalivación. En los carnívoros no existe esta enzima. Además, nuestra saliva es alcalina; en los carnívoros es ácida.
En el ser humano no existe la enzima “uricasa”, capaz de metabolizar los residuos de proteínas (carne, pescado, huevos, …), pero sí existe en los carnívoros.
Nosotros segregamos ácido clorhídrico por el estómago, pero en los carnívoros esa cantidad se multiplica por 10: así se metaboliza pronto la carne.
El hígado de los animales carnívoros elimina fácilmente cantidades grandes de colesterol, mientras que en nosotros sucede lo contrario. ¡No somos carnívoros!.
Anatómicamente, nuestras manos están adaptadas para tomar frutas de árboles y, a lo más, vegetales del suelo de relativamente fácil asimilación. Así, no somos granívoros, comedores de granos, cereales, que precisan una cocción previa. No tenemos garras, como los carnívoros, para atrapar y destripar animales. No tenemos una disposición natural a comer carne; si la tuviésemos, la comeríamos como lo hacen todos los carnívoros: cruda. Es decir, psicológicamente tampoco somos carnívoros. Si los humanos tuviésemos que matar nosotros mismos los animales y comer la carne cruda de los cadáveres, ¿cuántos lo haríamos?.
Se sabe con certeza que a un niño en su hábitat natural su instinto le lleva a acariciar los animales, jugar con ellos, mientras que la fruta la llevaría a su boca. Son los condicionamientos negativos de la infancia dentro de la unidad familiar los que tergiversan la mente y el paladar del niño, para el cual, a partir de la pubertad, será muy difícil cambiar sus nefastos hábitos alimenticios. Los sentidos son buenos indicadores de nuestros alimentos; concretamente, la vista y el olfato guían a los animales para su alimentación al excitar el deseo de nutrirse. Un animal carnívoro busca a otro animal para matarlo y comer sus órganos, sangre y músculos, produciéndole una satisfacción.
Los herbívoros y frugívoros caminan al lado de otros animales y, si alguna vez tienen que atacarlos por una situación extraordinaria, su sentido del olfato no les lleva a comer su carne; la vista y el olfato les guían hacia los vegetales que satisfacen su gusto. En nosotros, la vista y el olfato no nos excitan a comernos una vaca o su ternero cuando están vivos. Nuestros sentidos repugnan al matadero; la carne fresca no agrada al gusto ni a la vista; antes de comerla es preciso hacerla “agradable” a la vista, olfato y gusto cocinándola y condimentándola, y así es como resulta “aceptable” para la mente tergiversada, condicionada, mal-educada.
A la práctica totalidad de las personas le repugna el hecho de matar animales, y son muy contadas las personas que lo hacen. Pero esto contrasta con la idea que la gente tiene de la necesidad de comer animales para no enfermar. El estamento laico, es decir, gobiernos, estados, mandatarios y multinacionales, no está por la labor de informar y reeducar. Y con respecto al estamento seglar, decir que todas las religiones, en sus sublimes mensajes puros, (no me refiero a los actuales tergiversados que han originado fundamentalismos, dogmas falsos, …) afirman que una nutrición vegetariana, sencilla, el ayuno y la oración (o la meditación) son los pilares para mantenerse en la dicha físico – espiritual inherente al Ser Humano. Es conocido, en los tiempos “modernos” de la Iglesia católica, lo acaecido tras el Concilio de Nicea: las autoridades eclesiásticas nombraron a una comisión autorizada para tergiversar el texto de las Sagradas Escrituras; así, fueron eliminados todos los pasajes en los que se pedía al pueblo que evitara comer carne.
La postura higienista pura se basa en estas observaciones para concretar que el ideal de la alimentación humana sería un régimen crudívoro-vegano con una ingestión moderada o nula de proteína vegetal y atendiendo fielmente a la regla capital de compatibilizar los nutrientes.
Hay posturas intermedias entre lo “ideal” y lo “convencional”: ovo-lácteo-vegetarianos, macrobiótica, instintoterapia, … Todo es el resultado de la mente, teniendo a la herencia como cómplice.
La involución humana actual es el resultado directo del alejamiento de nuestra alimentación ancestral. La anestesia mental que sufrimos hace que no nos cuestionemos tal postura. La solución está al alcance de nuestras manos, como lo ha estado a través de millones de años: las frutas y vegetales que nos da la Naturaleza. Es suficiente para nuestra biología, para todos nosotros, pero muy insuficiente para la codicia de unos cuantos.
Juan José Núñez Gallego . Médico e Higienista . Vigo
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